Irene Mohedano Román (1990, Madrid)
Formación:
2013 GRADO EN BELLAS ARTES Universidad Complutense de Madrid
2010 GRADO EN PUBLICIDAD Y RRPP
2009: ARQUITECTURA DE INTERIORES. Universidad Politécnica de Madrid
Exposiciones:
2013:”Ductus:
Gestos y Artefactos” Museo del Traje, Sala C arte Complutense, Madrid. Con BEATING: REST. Catalina Ruiz-Mollá, Pablo Perera. Performer
2009:
Exposición en la Galería de Arte ZACA
2004:Finalista en la modalidad de “Ilustración
Categoría ESO” en el IV CONCURSO ESCOLAR DE POESIA E ILUSTRACIÓN GERARDO
DIEGO (Ayuntamiento de Pozuelo).
SeAlquila Mercado
Golden Egg
Si pensamos en la historia, el mundo antiguo y el
comienzo del intercambio de mercancías, consideramos el trueque como las primeras formas de
comercialización; en su base esencial para la supervivencia, se cambiaba un
producto por otro de valor parecido o superior para los intereses de la
comunidad. Esta simple práctica creó las primeras reglas de comercio
entre pueblos. Con el paso del tiempo se
acordó el precio de las mercancías procurando un eficaz sistema de
intercambio. Se acuñaron las primeras monedas y se eligió el oro debido a su
escasez y lo llamativo y atractivo del metal (su brillo y resistencia), como
método ideal de pago.
El paso de los siglos y el avance de la tecnología, las
técnicas de mercadería se fueron
sofisticando hasta dar paso a una auténtica ingeniería económica. Lo que no
cambió durante gran parte de todo este periodo fue fijar el oro como patrón que
fijaba el precio del dinero. A principio del S.XX 20$ equivalían a una onza de oro y así se aseguraba una
salud financiera proporcional y lógica. Se evitaba la inflación y deflación a
través de este procedimiento.
En el proceder del siglo pasado las guerras y acuerdos
sostenido en teorías liberales de libre comercio devaluaron el precio del
dinero. Los mercados se saturaron de billetes y el precio del oro debía de
ajustarse bien subiendo el precio del mineral o devaluando el
precio del dinero para ajustarse a su medida. La cantidad total del precio del
oro era inferior al volumen de dinero que circulaba en los mercados
financieros. Esto generó la ruptura definitiva de tal equivalencia e incrementó
el precio del oro, en parte debido a la especulación que se generó en torno al
metal debido a la desconfianza en las monedas.
Un nuevo paradigma a partir de la caída del muro y la
creación de la eurozona o tratados de libre mercado repercutieron en una
desigualdad entre los llamados países del norte y el cono sur. Nuevos nichos
mercantiles como la India, el sureste asiático, los países productores de
energía o China desembocaron en una fuerza incontrolable de las transnacionales
legislando los gobiernos a favor de éstas. El resultado es una terrible
desigualdad social y políticas de globalización donde el poder de las grandes
compañías se reparten y compiten por la oferta y la demanda de los productos,
las corporaciones buscan manufactura al precio más bajo en los países en vías
de desarrollo sin generar riquezas en el origen de las mercancías.
La especulación en las bolsas bursátiles han coadyuvado
a una ruptura del sistema económico a nivel mundial. Resultado de esta calamitosa situación, las revueltas de
Egipto y la cadena de acontecimientos que precedieron a ese alzamiento. Un
mercado que no considera a los seres humanos, es la nueva esclavitud del SXXI.
Un simulacro de huevo dorado que nos recuerda la
narración de Esopo: “La gallina de los huevos de oro” tantas veces hecha
realidad. Una escalera dorada como ascenso a la cúspide donde se realiza el
sacrificio. La sangre que brota del interior del huevo y fluye por la escalera
formando un caudal. La distopía del
sueño terrenal.
Contacto: irenemohedanor@gmail.com