Marcos Vinicius (Campinas, São
Paulo, Brasil, 1976) posee una formación heterogénea que pasa por el campo de
la Publicidad, las Bellas Artes y la Pedagogía, pero prefiere definirse a sí mismo como pintor. Formado en un primer momento como Técnico en Publicidad y
Propaganda, se licenció, más tarde, en Educación Artística y en Artes
Plásticas por la Universidade Estadual de Campinas y, más recientemente,
obtuvo el título de licenciado en Bellas Artes por la Universidad
Complutense de Madrid.
En su país trabajó durante muchos años en el sector
publicitario y de las artes gráficas, dedicándose más tarde a la enseñanza de Artes. Desempeño
la función de Profesor regular del Estado de São
Paulo, al mismo tiempo que se dedicaba a crear e impartir clases en proyectos
de talleres culturales de corta duración por distintas ciudades del mismo
Estado.
Con el fin de dar a conocer su trabajo artístico, empezó a
implicarse en modestos proyectos de exposiciones, colectivas o individuales,
tanto en Brasil como en España. En 2008, se instaló en Madrid e hizo de la
ciudad su lugar de residencia y de trabajo.
SeAlquila Cuerpo
Bañera nº 3 (2012). Acrílico sobre lienzo. 120 x 60 cm.
Al margen de todos los debates abiertos entre Ciencia,
Filosofia y Religión, el cuerpo es esencialmente nuestra vía de contacto con el
mundo, por lo que toda experiencia humana esta enmarcada bajo un envoltorio de
carne y sentidos.
Y más allá del cuerpo, el segundo marco límite de la
experiencia humana es su propio entorno. Hoy, la ciudad constituye el entorno
que la mayoría eligió (o se vio obligado a elegir...), haciendo del medio
urbano su lugar de acción, con sus calles, sus casas, sus pisos, sus
habitaciones. Estos pequeños habitáculos que contienen nuestros cuerpos en las
grandes urbes, se hacen extensiones de los mismos, asumiendo parte de nuestra
personalidad.
La serie “Bañera” es un trabajo reciente dentro de una
investigación más amplia, cuyo objetivo es retratar a las personas dentro de
todos los pequeños espacios que construyen para sí mismas.
En “Bañera nº 3”, lo que menos importa es el acto de bañarse
(remitiéndonos a la acepción de acto de higiene o limpieza): lo que
verdaderamente vemos es, como dentro del espacio del cuarto de baño, hay una entrega de un cuerpo y de los propios sentidos a un estado de absoluta
desconexión, quedando el tiempo (y consecuentemente, la vida) en una profunda
suspensión.